Recibido 10 de Julio 2022 | Arbitrado y aceptado 17 de Julio 2022 | Publicado el 29 de Agosto 2022

 

RESUMEN

 

La formación de profesionales, comprometidos con su realidad, reflexivos, críticos y con habilidades y competencias sociales que le permita insertarse en el cambiante mundo laboral es una exigencia y reto  que  tiene las instituciones  de educación superior en la actualidad. Estos resultados  en la formación de los profesionales no se logran con un proceso de enseñanza y aprendizaje tradicionalista. Para  conseguirlo  es  necesario  incorporar  un  enfoque  formativo  que  centre  al estudiante y su grupo como protagonistas en el  acto de aprender y esta  exigencia la cumple el Aprendizaje Cooperativo. Enfoque del proceso de enseñanza y aprendizaje que influye en la formación integral de la personalidad del estudiante, en su desempeño social y profesional.  Su aplicación  en el nivel universitario  no es extensiva, pero ya existen experiencias con resultados exitosos en la formación de  ingenieros y otros especialistas. El objetivo del artículo  es analizar diferentes posiciones teóricas sobre el aprendizaje cooperativo, sus implicaciones metodológicas en el proceso de enseñanza aprendizaje de la educación superior. Como contexto de ejemplificación se toma la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de Ingeniería del Perú, específicamente en la   aplicación por parte del autor de un programa de psicopedagogía de aprendizaje cooperativo. De la experiencia se concluye que la estrategia de aprendizaje cooperativo favorece el desarrollo interpersonal de los estudiantes, los cohesiona como grupo y son muy autoevaluadores.

Palabras clave: Formación universitaria, aprendizaje cooperativo, programa de psicopedagogía

 

RESUMO


A formação de profissionais comprometidos com sua realidade, reflexivos, críticos e com habilidades e competências sociais que lhes permitam inserir-se no mundo do trabalho em transformação é uma exigência e desafio que as instituições de ensino superior têm hoje. Esses resultados na formação dos profissionais não são alcançados com um processo tradicional de ensino e aprendizagem. Para isso, é necessário incorporar uma abordagem de formação que focalize o aluno e seu grupo como protagonistas no ato de aprender, e esse requisito é cumprido pela Aprendizagem Cooperativa. Foco do processo de ensino e aprendizagem que influencia a formação integral da personalidade do aluno, em sua atuação social e profissional. Sua aplicação em nível universitário não é extensa, mas já existem experiências com resultados exitosos na formação de engenheiros e outros especialistas. O objetivo do artigo é analisar diferentes posições teóricas sobre a aprendizagem cooperativa, suas implicações metodológicas no processo ensino-aprendizagem do ensino superior. Como contexto de exemplificação, toma-se a Faculdade de Engenharia Civil da Universidade Nacional de Engenharia do Peru, especificamente na aplicação pelo autor de um programa de psicopedagogia de aprendizagem cooperativa. Da experiência conclui-se que a estratégia de aprendizagem cooperativa favorece o desenvolvimento interpessoal dos alunos, une-os como grupo e são muito autoavaliativos.

Palavras-chave: Educação universitária, aprendizagem cooperativa, programa de psicopedagogia

 

ABSTRACT

 

The training of professionals, committed to their reality, reflective, critical and with social skills and competencies that allow them to insert themselves in the changing world of work is a requirement and challenge that higher education institutions have today. These results in the training of professionals are not achieved with a traditional teaching and learning process. To achieve this, it is necessary to incorporate a training approach that focuses on the student and her group as protagonists in the act of learning, and this requirement is fulfilled by Cooperative Learning. Focus of the teaching and learning process that influences the integral formation of the student's personality, in his social and professional performance. Its application at the university level is not extensive, but there are already experiences with successful results in the training of engineers and other specialists. The objective of the article is to analyze different theoretical positions on cooperative learning, its methodological implications in the teaching-learning process of higher education. As an exemplification context, the Faculty of Civil Engineering of the National University of Engineering of Peru is taken, specifically in the application by the author of a cooperative learning psychopedagogy program. From the experience it is concluded that the cooperative learning strategy favors the interpersonal development of the students, unites them as a group and they are very self-evaluative.

Keywords: University education, cooperative learning, psychopedagogy program

 
 

 


Rómulo Cresenciano Romero Centeno

romercenteno@gmail.com

https://orcid.org/0000-0001-9883-0237

Universidad    Nacional    de    Ingeniería. Perú

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 


Introducción

Los principios emanados de la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior hacia el siglo XXI (Unesco, 1998) moviliza a la universidad hacia un cambio que debe ser programado partiendo del diálogo y del  conocimiento de  los  estudiantes. Asimismo, sugiere que  los  estudiantes y sus necesidades sean el centro de las preocupaciones de quienes tienen a su cargo los procesos de toma de decisiones en las universidades.

Dentro de este marco, se propone que la universidad debe desarrollar  un nuevo modelo del proceso de enseñanza y aprendizaje centrado en el estudiante (Unesco, 1998; Delgado, 2019), lo que supone que los estudiantes logren el dominio de los conocimientos de las disciplinas, además del desarrollo de competencias y aptitudes para la comunicación reflexiva, independiente, el razonamiento, el pensamiento crítico. Este logro conlleva a una actitud creatividad, en el ámbito científico y tecnológico, lo que se manifiesta en la solución de problemas, toma de decisiones efectivas en contextos diversos y multiculturales.

Para lograr ese propósito, el profesor dentro del ámbito de la educación superior puede   asumir diferentes    estrategias de    enseñanza (Alarcón, Alcas, Alarcón, Natividad  y Rodríguez, 2019), considerando las características, de la carrera, del grupo y los estudiantes, dentro de marco de la disciplina  que desarrolla.  Son varias las  posiciones  o enfoques  a asumir  en el desarrollo del proceso de enseñanza –aprendizaje, si  se trata de tener en el centro del proceso a los estudiantes, sin duda, es el aprendizaje cooperativo.

El aprendizaje cooperativo constituye una alternativa metodológica innovadora, en los espacios de la educación superior. Facilita el desarrollo integral de los estudiantes y con ello contribuye al desarrollo de profesionales reflexivos, críticos, innovadores y creativos. Esta propuesta psicopedagógica coloca al estudiante en el centro del proceso de enseñanza y aprendizaje y articula los diferentes elementos que conforman la experiencia formativa (Silva y Maturana, 2017).

Sustentar la estrategia de enseñanza y aprendizaje en la teoría del aprendizaje cooperativo facilita reconocer la individualidad del alumno, enfatiza la interacción solidaria entre pares, resalta la reflexión individual y colectiva de manera crítica y creativa, reconoce la indisoluble unidad entre lo cognitivo y lo afectivo-social, pone énfasis en la comunicación horizontal, empática, aúna lo teórico y lo práctico, construye socialmente el conocimiento, transforma la realidad mediante un compromiso y responsabilidad en la identificación y solución de los problemas (Ferreiro, 2006).

Según Bernui, Espinoza, Kanematsu y Palma (2017), la Educación Superior Tecnológica en el Perú asumen el propósito de la formación de profesionales   en los campos de la ciencia, la tecnología y las artes. Ante esta ocasión, los jóvenes logran su desarrollo individual y social dentro de un entorno laboral que facilite el crecimiento sostenible del país. En este sentido, es un sector que tiene impacto en el bienestar de la población peruana y en el desarrollo social.

Este propósito de la universidad en el Perú, según Luján (2004), aún se encuentra en una etapa de poco desarrollo, derivada, en uno de los casos, del débil proceso académico en la formación de la capacidad crítica en los  estudiantes  y en las dificultades que tienen  estos  para desarrollar de  su autoaprendizaje una vez  insertados  en el mundo del trabajo, situación que se torna aguda por la escaza existencia de recursos humanos altamente calificados. En el país esta situación es generalizada,  un gran número de las universidades son instituciones modernas de “fachada”, pero no tienen la capacidad de enfrentar con éxito la formación académica y científica, en la formación de sus profesionales, lo que influye  que estos  egresen con poco desarrollo  de  su  capacidad de enjuiciamiento crítico, de resolver problemas, de tomar decisiones efectivas, competitivas e innovadoras (Paniagua, 2001). En el mercado laboral, incluso, los egresados y profesionales tienden a desempeñarse de manera precaria como trabajadores independientes o en subempleos (Aranaga, 2006).

Como parte del sistema universitario peruano, se incluye la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), que tiene la misión de formar profesionales especialistas en el campo de las ciencias, las ingenierías y la arquitectura. Utiliza un modelo de enseñanza que impulse el conocimiento científicoy tecnológico acorde a la realidad peruana (UNI, 2007). Sin embargo, el modelo de enseñanza, en muchas clases, tiene al docente transmitiendo el conocimiento y no pide al estudiante que cree su conocimiento sino prioriza, incluso con reglamentos, los exámenes parciales y el examen final, no valorar el proceso de aprendizaje (Fidalgo, Sein y García, 2017).

En este contexto, el rendimiento académico de los estudiantes de pregrado de la UNI resulta preocupante. En algunas Facultades de la UNI, se constata la dificultad que tiene un grupo de estudiantes para desarrollar el aprendizaje crítico en el proceso de enseñanza- aprendizaje en las distintas asignaturas del área de formación científica, investigativa y tecnológica, la que constituyen parte esencial de su  formación académica profesional (Romero-Centeno, 2017). Según el estudio del autor, una de las vías para revertir esta situación  es transitar  de un enfoque tradicionalista del proceso  de enseñanza y aprendizaje a otra que considere al estudiante y sus necesidades como premisa esencial.

Considerando  esa la situación de la formación en las universidades   peruanas  y la necesidad de un cambio en su proceso de enseñanza y aprendizaje, el objetivo del artículo es analizar diferentes posiciones teóricas sobre el aprendizaje cooperativo, sus implicaciones metodológicas en el proceso de enseñanza aprendizaje de la educación superior. Como contexto de ejemplificación, se toma  la Facultad de Ingeniería Civil de la UNI de Perú específicamente en la  aplicación por parte del autor de un programa de psicopedagogía de aprendizaje cooperativo.

 

DESARROLLO

El aprendizaje cooperativo como enfoque del proceso de enseñanza, se actualiza dentro del debate de las exigencias de la   educación superior   y la necesidad de formar profesionales reflexivos, creativos y  flexibles, capaces de  vincularse al mundo del trabajo  con una base cognitiva  y un conjunto de habilidades y competencias que les permitan entender y actuar en un contexto laboral que cambia constantemente  y  que requiere  de saber  trabajar  en grupo aportando desde las posibilidades de cada cual. Es por ello, la pertinencia del análisis y valoración de las posibilidades de este enfoque o estilo de aprendizaje en el ámbito de la educación superior.

 

El aprendizaje cooperativo, Una mirada desde la teoría

El aprendizaje es un acto individual donde el ser humano adquiere y desarrolla un sistema de conocimientos, habilidades, hábitos y valores, que aplica en su vida cotidiana y profesional; sin embargo, la naturaleza social del ser humano demanda que lo aprendido se manifieste en las actividades sociales que desarrolla continuamente, espacio que a su vez se convierte en el lugar de nuevos aprendizajes. Este proceso le impone al aprendizaje un carácter social, lo que obliga a considerar que no se aprende solamente para sí, sino para  lograr un desarrollo continuo de la sociedad donde vivimos y actuamos. Por ello, el acto de aprender se desarrolla dentro de relaciones sociales que lo favorezcan.

Según el  investigador  Lobato (1997), el desarrollo del aprendizaje cooperativo, como un enfoque del proceso de enseñanza y aprendizaje, se originó como parte de la consolidación del desarrollo industrial en países como Inglaterra y Estados Unidos. En el caso de Inglaterra, se reconoce dentro de los precursores a Joseph Lancaster (1778-1838) y Andrew Bell (1753-1832) quienes utilizaron la idea de grupos cooperativos desarrollada en el mundo laboral y la transfirieron a la educación en el contexto inglés, donde el progreso de la industrialización exigía de la formación de los obreros que participaban en este  proceso. Estas ideas fueron acogidas en EE.UU. por Francis Parker (1806) quien abrió una escuela lancasteriana en Nueva York y aplicó el aprendizaje cooperativo. John Dewey, a inicios de 1900, teoriza y sustenta este estilo de aprender  en sus proyectos pedagógicos, que se reforzó   con el desarrollo de la psicología de K. Lewin  (1944) sobre la dinámica de grupos, traído de la física, y otros avances  de  ciencias  a  fines a la  educación que  hasta  la  actualidad contribuyen a comprender mejor los estilos de aprendizaje del ser humano.

Estos avances y experiencias no lograron generalizarse en todos los ámbitos educativos; por el contrario, predomina, incluso en la actualidad, la educación tradicional, donde el profesor se constituye en el portador del conocimiento científico, el protagonista; mientras que el estudiantequeda en un segundo plano. Aunque las instituciones escolares, donde se incluye las Universidades, continúan un enfoque tradicionalista en sus procesos formativos. La realidad   demanda el trabajo en equipos, soluciones colectivas a dificultades que afectan el desarrollo de la sociedad, donde desde  la  individualidad se aporte al colectivo,  competencias que  los  profesionales  no logran formar desde el proceso de enseñanza tradicional.

Para lograr las transformaciones esperadas, se precisa de incorporar   metodologías activas de enseñanza y aprendizaje, en ellas el estudiante y el grupo se deben convertir en protagonista: el Aprendizaje Cooperativo constituye un enfoque que favorece  y da esa posibilidad.

En la aplicación del Aprendizaje Cooperativo en las últimas décadas en diferentes contextos educativos, se identificaron dos tendencias:

1.           Considera el aprendizaje cooperativo como un conjunto de métodos y técnicas aplicable  en un momento determinado del proceso de enseñanza y aprendizaje, sin modificar a profundidad la concepción de formación asumida.

2.           Considera un cambio de toda la concepción de formación, donde aprender en colectivo es la idea central, se prioriza el estudiante y sus diferentes estilos de aprender, lo que require cambios  en la concepción curricular y la práctica del mismo. Lo anterior influye en una trasformación de los ambientes escolares y los roles tradicionales, de los profesores–maestros, alumnos-estudiantes y el grupo.

Desde esta clasificación general, analizaremos diferentes definiciones y sus representantes.

En la primera tendencia, se ubicaron los investigadores Ruè (1998),  Ferreiro (2006),   Hammond (2009) y Rondón, Salas, González, Martínez y González (2017, entre otros

Ruè (1998) afirma que el aprendizaje cooperativo es una herramienta metodológica que permite trabajar las competencias intelectuales y sociales.

Ferreiro (2006) asegura que el aprendizaje cooperativo reclama una metodología como herramienta importante para aplicarlo dentro de los diversos contextos educativos, por su pertinencia para intensificar el desarrollo de habilidades de distintos tipos y naturaleza, las actitudes y valores.

Según Hammond, el aprendizaje cooperativo “es un tipo de instrucción donde el estudiante trabaja de manera conjunta con otros estudiantes, organizados en pequeños grupos, para alcanzar un objetivo común” (Hammond, 2009,   p.18). Se puede resaltar que la dedicación del grupo y del estudiante es en beneficio de sus compañeros.

Para Rondón, Salas, González, Martínez y González (2017), en el aprendizaje cooperativo, estrategia metodológica donde se enfatiza que el alumno no aprende en solitario, la actividad autoestructurante del sujeto está mediada por la influencia de los demás. El aprendizaje cooperativo en horas de clases es de gran ayuda en la solución de problemas presentados en cua lquier unidad curricular. La intención es demostrar que las situaciones de aprendizaje cooperativo son más eficaces y motivadoras que las del aprendizaje individualista.

De  los  investigadores analizados, se  puede concluir que  priorizan la    visión  del  aprendizaje cooperativo como una herramienta metodológica, aplicable  esencialmente  en  el desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje, donde el trabajo en grupo favorece las acciones de aprender, sin detallar cómo esta simple acción implica modificaciones   necesaria   en toda la concepción formativa. Esta tendencia, según la literatura descrita, es la más generalizada, en cuanto a la teoría como en su aplicación.

En la segunda tendencia,  se  ubican  como representantes  Alcántara (2011), Torrego y Negro (2012) y Pujolás (2015), Rivera (2014) entre los estudiados.Torrego y Negro (2012) y Rivera (2014) firman que el aprendizaje cooperativo es una estructura didáctica, que se entiende como el conjunto de recursos, acciones y decisiones del docente con respecto a las distintas etapas del proceso enseñanza‐aprendizaje, especialmente, las actividades que realizan los alumnos, el grado de autonomía al hacerlo, el reconocimiento del trabajo y la forma alcanzar los propósitos, entre otros.

Torrego (coordinador en especialistas de aprendizaje cooperativo, 2012) asevera que el aprendizaje cooperativo constituye un modelo que intenta aprovechar la interacción entre los alumnos en el aula para potenciar las posibilidades de desarrollo de todos los estudiantes. Esto presupone la necesidad de realizar agrupamientos en el aula. Aunque en determinados momentos resultará interesante realizar agrupamientos homogéneos, el agrupamiento base, que dará forma a nuestra red de aprendizaje, debe ser heterogéneo ya que solo así se puede conseguir todas las ventajas derivadas de la interacción cooperativa: conflictos sociocognitivos, situaciones de andamiaje, complementación de funciones, habilidades y destrezas.

Para Alcántara, en el aprendizaje cooperativo, realizan las tareas todos los integrantes del grupo para llegar así a un aprendizaje conjunto en el que todos y todas salgan beneficiados y beneficiadas (Alcántara, 2011, p. 2).

En este sentido, Pujolás (2015) menciona que la actividad en equipos cooperativos es un espacio ideal para aprender a conversar, a convivir y a ser solidario. En ella, el estudiante trabaja con autonomía, potencia sus capacidades sociales, con sus pares para aprender y para que los otros aprendan de él y de los demás; es decir, hay un beneficio mutuo en el aprender, en el aprender a dialogar, a convivir y a ser solidario. Confirma que es, sin duda, la herramienta metodológica del siglo XXI.

Estos investigadores sustentan las implicaciones formativas que tiene la aplicación de este tipo de aprendizaje, en todo el proceso formativo dejándola en sus análisis la expectativa de cuán profunda debe ser las modificaciones esperadas al aplicarlo en una disciplina; es decir, en toda la formación del futuro profesional.

Ventajas del desarrollo del aprendizaje cooperativo en la formación integral de los estudiantes

Según los investigadores consultados, Sagredo y Verdía (2006), Kyndt, Raes, Lismont, Timmers, Cascallar y Dochy (2013), Lázaro (2018) y García, Traver y Candela (2019), en el análisis que hacen sobre las ventajas de este enfoque  de aprendizaje, consideran que son múltiples y de carácter integrador. Los estudiantes, en la medida  que adquieren conocimientos y desarrollan  habilidades y competencias, desarrollan su personalidad. Esto sucede porque favorecen •          las relaciones entre los estudiantes desde una posición positiva, caracterizadas por la simpatía, la atención, la cortesía, el respeto mutuo, así como por sentimientos recíprocos de obligación y de ayuda.

·    Desarrollar habilidades de liderazgo y habilidades para trabajar en equipo.

o  la construcción del conocimiento desde diferentes posiciones y fuentes de información, mediante el diálogo, el intercambio y análisis crítico.

o  el rendimiento escolar y el aprendizaje responsable aprendiendo distribuir tareas para conseguir objetivos comunes.

o  adaptarse y resolver los nuevos retos que impone la sociedad de manera continua.

En sentido general, este estilo de aprendizaje, con una adecuada  dirección del profesor, consolida la solidaridad, el trabajo en colectivo y contrarresta el individualismo competitivo.

Aunque son indiscutibles las ventajas del  aprendizaje  cooperativo, se pudo constatar que no es generalizada su aplicación en la educación superior. Esta actividad solo es realizada en experiencias que por sus resultados se pueden considerar buenas prácticas que a los experimentados les ha traído mejor desarrollo interpersonal, mayor preocupación en los integrantes de su grupo y un trabajo con mayor consistencia de contenido y forma.

Aplicación del aprendizaje cooperativo en la educación superior en la formación de ingenieros

 

Como ya se señaló, no es generalizado la aplicación del  aprendizaje cooperativo en la educación superior, pero se pudo constatar  experiencias exitosas  en la formación de  ingenieros que, según señala los investigadores Herrero Reder, García Berdonés, González Parada, Molina-Tanco, Pérez Rodríguez, y Urdiales García (2013),  la enseñanza universitaria en el ámbito de la Ingeniería ha estado tradicionalmente orientada al trabajo individual del alumno, lo cual dificulta la adquisición de una de las aptitudes más valoradas en el mercado laboral, como es la competencia de trabajo en grupo. Puntualizan que la docencia “clásica” en el ámbito de la Ingeniería ha estado tradicionalmente orientada a fomentar la competitividad entre los estudiantes, impulsándoles a concentrar sus esfuerzos, no tanto en adquirir los conocimientos teórico-prácticos necesarios para superar cada asignatura, como en obtener unas calificaciones superiores al resto de estudiantes. Identifican que los docentes suelen fomentar una actitud individualista en el alumnado, en la que la competitividad juega un papel fundamental. El aprendizaje cooperativo contribuiría a superar esas deficiencias de la formación tradicional.

Las experiencias desarrolladas por Barragan-Arias y Arias-Ortiz (2017) en el seminario de ingeniería III de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Bucaramanga y el desarrollado por Carrasco, Rodríguez, Guerra y García (2019) en la especialidad de en Ingeniería Química dejaron como experiencias que este tipo de aprendizaje debe planificarse durante todo el proceso de enseñanza aprendizaje que se desarrolle en una disciplina o asignatura. En cada sesión de  clase, se debe planear desarrollar el seguimiento y la evaluación antes, durante y después de cada sesión, con el fin de que cada estudiante  y el grupo  puedan ir valorando el desarrollo de sus habilidades personales, sociales e intelectuales, lo que permite  asegurar  que solo si se observa  este tipo de aprendizaje de  una forma integral aplicable  a la totalidad de la asignatura es  que se logrará  el cambio esperado en los estudiantes.  .

Los profesores Barragán-Arias y Arias-Ortiz (2017) favorecieron el desarrollo de la creatividad, la flexibilidad en los estudiantes para enfrentar retos, tomar de  decisiones, enfrentarse a  situaciones de su campo de acción con el desarrollo del autoaprendizaje, la gestión de la información. Para ello deben aplicar el pensamiento creativo, analítico y práctico, en un ambiente de tolerancia, cooperación y productividad.

Por su parte, los profesores Carrasco, Rodríguez, Guerra y García (2019) concluyeron que los alumnos están a favor del uso de este tipo de herramientas, aunque los resultados de satisfacción obtenidos indican, en cierta manera, que todavía los docentes universitarios deben hacer esfuerzos para que los estudiantes sean un elemento activo en su proceso de aprendizaje. Los resultados presentaron en común dos hándicaps importantes para obtener unos niveles de satisfacción más relevantes. El  primero hace referencia a  que  el  alumnado cursa  una  carrera técnica  y  está acostumbrado a la resolución de problemas de diferente índole, a los planteados en el área de las ciencias biológicas. En segundo lugar, este se siente desorientado en la búsqueda de información, no sabe discernir entre lo genérico y lo particular, y se preocupa en sobremanera en el resultado final. (Carrasco, Rodríguez, Guerra y García, 2019, p. 222).

Durán-Aponte y Durán–García (2012) trabajaron con grupo de tres personas, con roles muy definidos y generaron aportes significativos que contribuyeron a la resolución de los problemas, minimizando el solapamiento de responsabilidades cuando se trabaja en grupos. Confirman que la experiencia de trabajar en aprendizaje cooperativo contribuye al desarrollo  de  competencias  sociales como el respeto por las ideas y la tolerancia, características claves en las demandas de formación de la sociedad actual.

Las experiencias demuestran lo efectivo que puede resultar este tipo de aprendizaje en el área de la  formación de ingenieros, siempre que se considere  en su aplicación aspectos metodológicos tales como integrar grupos de trabajo multidisciplinarios, con la cooperación y el intercambio de ideas acorde con las exigencias del proceso de formación, que planifiquen la tarea en equipo en el aula y considere enfocar las obras, las dificultades y oportunidades a solucionar en el mundo laboral. Esta, a su vez, exija en su solución conjunta.

Experiencia  en el desarrollo del aprendizaje cooperativo  en la  Facultad de Ingeniería Civil de la UNI, Perú

En la Facultad de Ingeniería Civil de la UNI, donde el autor es docente, se   llevó a cabo una experiencia desde el enfoque del aprendizaje cooperativo, con el programa de formación psicopedagógico titulado “Estrategias de aprendizaje cooperativo para promover el desarrollo de los estilos de aprendizaje reflexivo-crítico y creativo en los estudiantes universitarios de ingeniería”. Se impartió en el primer ciclo año 2019, en el curso de Redacción y Comunicación, perteneciente a la malla del departamento de ciencias básicas.

El programa psicopedagógico de estrategias de aprendizaje cooperativo comprendió cuatro módulos, desarrollados en 24 sesiones de aprendizaje. Cada módulo comprendió de cuatro a ocho sesiones de aprendizaje y respondió a un objetivo terminal. Cada sesión de aprendizaje tuvo una duración aproximada de cuatro horas pedagógicas (2 horas de teoría y 2 horas de práctica).

Los objetivos trazados fueron:

a) Capacitar a los estudiantes del curso (programa psicopedagógico) en el manejo eficiente y eficaz de los componentes y estrategias de aprendizaje cooperativo para que mejoren la calidad de su desempeño-rendimiento académico, para mejorar la calidad de la formación científica, investigativa y profesional.

b) Lograr que los estudiantes del curso (programa psicopedagógico) tengan un dominio efectivo en la aplicación de estrategias de aprendizaje cooperativo, para facilitar el desarrollo del aprendizaje. Esto le permitirá afrontar nuevas situaciones, contar con competencias profesionales necesarias para desempeñarse eficazmente en el mundo académico, profesional, social y laboral.

La estrategia metodológica en el aula se caracterizó por lo siguiente:

1) El fortalecimiento de un clima socio afectiva que propició una relación de empatía, asertividad y respeto mutuo, que favoreció una amplia reflexión, razonamiento crítico, enjuiciamiento crítico y la creatividad científica en los estudiantes implicados, comprometiéndolos en una participación activa y voluntaria para trabajar cooperativamente.

2) Activación permanente de las experiencias y conocimientos previos.

3) Participación activa de los estudiantes en el proceso de aprendizaje cooperativo que favoreció progresivamente tanto la responsabilidad, el compromiso y la colaboración, y que contribuyó al desarrollo del aprendizaje.

4) Propició a) la comunicación horizontal, empática y asertiva, b) la reflexión grupal, c) la interdependencia positiva e integración promotora, d) la intersubjetividad, e) creatividad grupal.

Los resultados logrados estuvieron en el orden siguiente:

El clima socio afectivo se elevó de cierta reticencia y aislamiento a un grupo compacto donde cada sujeto formaba parte del todo. Llegaron a mostrar una disposición muy alta por el trabajo cooperativo. Lo que se demuestra en la  interdependencia positiva entre los estudiantes, su éxito dependía de los otros compañeros o viceversa, cuando el objetivo de grupo no se ha lograba, aprendieron a formular críticas constructivas o el aceptarlas.

En cuanto a la organización para  el desarrollo de las   tareas previstas, se establecieron reglas de funcionamiento del  grupo,  planificaron el  trabajo, elaboraron  procedimientos para la  toma de decisiones, demostrando la  importancia   de la  organización interna del equipo para  lograr  los objetivos propuestos en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Cada miembro desplegó acciones para estimular un funcionamiento efectivo del equipo, en la toma de decisiones, la gestión del tiempo, la superación de problemas, el liderazgo y la regulación de turnos de trabajo. Se apreció en los participantes el respeto, la cortesía y los lazos de afecto o consideración en el trabajo en equipo.

El docente estuvo expuesto a nuevas exigencias referidas a la organización y orientación de grupos de trabajo como el espacio  esencial  para aprender,  el trabajo con las diferencias individuales, expresadas  en diferentes  estilos de aprendizajes,  los cuales  debían relacionarse  en el espacio del grupo para lograr alcanzar los objetivos esperados.

Por otra parte, el docente desarrolló habilidades para determinar las necesidades de ayuda individual y grupal, orientó las responsabilidades  compartidas  y condujo  una  evaluación  que permitió  la participación de todos  y el reconocimiento de los éxitos  y las razones  de los fracasos. El docente tuvo  que ampliar  su información previa en cuanto al contenido a desarrollar, a partir de nuevas aristas de análisis que los estudiantes incluyeron en los grupos.

Otro aspecto a significar  en los resultados de la experiencia, es la evaluación. Esta pasó a ser  de una actividad dirigida solo por el profesor  a considerarse  como parte  de las  actividades  de los grupos constituidos como parte del aprendizaje cooperativo.   Al final de cada sesión de trabajo, el grupo analizó su funcionamiento contestando individualmente a dos cuestiones: a) ¿qué hecho fue de beneficio para el grupo? y b) ¿qué opciones había y hay para que el grupo funcione aún mejor en próximas sesiones?, esto permitió la organización más centrada en los aprendizajes colectivos y las diferentes vías para lograr aprender individualmente dentro de esa dinámica.

En consecuencia, se apreció un grupo de trabajo unido y con mucha preocupación de uno por el otro. El trabajo funcionó mejor que un grupo de individuos realizando la tarea de manera individual. Al conocerse mejor, el aprendizaje cooperativo tuvo resultados destacados, gracias a la autoevaluación, siempre en beneficio del grupo el que aprovechó las fortalezas e incidió positivamente en   las debilidades de los integrantes, lo que contribuyó a mejores logros cognitivos, la reducción del estrés y un óptimo trabajo en la mayoría de grupos.

 

CONCLUSIONES

El aprendizaje   cooperativo, como enfoque o herramienta metodológica, se puede utilizar en todos los niveles educativos y en la educación superior facilita el desarrollo de habilidades sociales, que en la actualidad  demandan el mundo del trabajo.

La experiencia en la aplicación del aprendizaje     cooperativo en la     formación de ingeniero demuestra, que  este enfoque permite transitar   de una formación tradicionalista que privilegia  y fortalece el individualismo a una que favorezca el desarrollo de habilidades sociales y aprendizaje en grupo, exigencias que tendrán que asumir en su futura actividad profesional.

La experiencia   de aplicar  este enfoque  de  enseñanza  y aprendizaje , por  el autor del  artículo , fue satisfactoria  tanto para los estudiantes  como para el docente, les permitió aprender  nuevas vías para lograr objetivos comunes en una comunidad de aprendizaje.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1.             Alarcón, A., Alcas, N., Alarcón, H., Natividad J., y Rodríguez, A. (2019). Empleo de las estrategias de aprendizaje en la universidad. Un estudio de caso. Propósitos y Representaciones, 7(1) pp. 10-32. Doi: http://dx.doi.org/10.20511/pyr2019.v7n1.265

2.             Alarcón, E., Sepúlveda, P. & Madrid, D. (2018). Qué es y qué no es aprendizaje cooperativo.

3.      ENSAYOS,  Revista  de   la  Facultad  de   Educación  de   Albacete.  33(1).  En: http://www.revista.uclm.es/index.php/ensayos

5.      Alcántara, M. D. (2011). Importancia del trabajo cooperativo en el proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestro    alumnado.    CEIP    Nuestro    Padre    Jesús    (38),    1-8.    En: http://www.csicsif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_38/MARIA_D OLORES_ALCANTARA_TRAPERO_02.pdf [Links]

6.      Arribas-Galarraga, S., Luis-de Cos, I., Luis-de Cos, G. y Urrutia-Gutiérrez, S. (2019). Aprendizaje cooperativo: un proyecto de expresión corporal en el grado de educación primaria. Journal of Sport and Health Research. 11(1), pp. 155-166

7.      Azorín, C. (2018). El método de aprendizaje cooperativo y su aplicación en las aulas. Perfiles Educativos XI. 11(161) pp. 181-194

9.      Barkley, E. F.; Cross, K. P. y Major, C. H. (2012). Técnicas de Aprendizaje colaborativo. 2º ed. Madrid: Morata.

11.    Barragan-Arias, I. y Arias-Ortiz, C. (2017). Aprendizaje cooperativo en la formación de ingenieros. Revista Libre Empresa, 15(1), 119-132

13.    Burgal, C., Antúnez, J. y Marino, C. (2019). Pertinencia del aprendizaje cooperativo en las carreras de Tecnología de la Salud. Edumecentro 11(2). Pp. 1-4

14.    Carrasco, M., Rodríguez, J., Guerra, M. y García, P. (2019). Diseño y experiencia de aprendizaje cooperativo en el área de Ciencias. Revista de Estudios y Experiencias en Educación. 18(38). pp. 211 - 225

15.    Delgado, L. (2019). Aprendizaje centrado en el estudiante, hacia un nuevo arquetipo docente. Enseñanza & Teaching. 37(1). Pp. 139-154

17.    Díaz-Canel, M. (2010). Conferencia inaugural del Congreso Universidad 2010. La Habana: MES. Durán-Aponte, E. y Durán –García, M. (2012). Competencias sociales y las prácticas profesionales.

18.    Vivencias y demandas para la formación universitaria actual. Revista Cultura y Educación, 24(1), pp. 61-76.

20.    Echeita, G. (2012). El aprendizaje cooperativo al servicio de una educación de calidad. Cooperar para aprender y aprender a cooperar. Madrid: Alianza, pp.21-45.

21.    Fernández-Río, J., López Tejeda, A. (2004). El aprendizaje cooperativo: estrategias de uso ().IV

22.    Congreso Internacional Virtual de Educación. Illes Balears

23.    Ferreiro R. (2006). La condición necesaria: el aprendizaje cooperativo. En: Nuevas alternativas de aprender y enseñar: aprendizaje cooperativo. México: Trillas; 2006.

24.    Fidalgo, A., Sein, M., and García, F. (2017) Inteligencia Colectiva en el aula. Un paradigma cooperativo. IV Congreso Internacional sobre Aprendizaje, Innovación y Competitividad - (CINAIC2017). DOI: 10.26754/CINAIC.2017.000001_125.

25.    Gallach, J. y Catalán, J. (2014). Aprendizaje Cooperativo en Primaria: Teoría, Práctica y Actividades Concretizadas. Didáctica de las Ciencias Experimentales y Sociales.  281). Pp. 109 -133

28.    Gallegos, M. (2019). El aprendizaje cooperativo: la revolución del aprendizaje. Ruta maestra. 1(1). Pp. 17-20

30.    García, M. (2018). Competencias clave y aprendizaje cooperativo, conceptos fundamentales en la educación actual.  Educación  y  Tecnologías de  la  Información  y  Comunicación- Atención a la Diversidad. Escuela Inclusiva. 1(1) pp.79-90

31.    García, R., Traver, J. y Candela, I. (2019). Aprendizaje cooperativo. Madrid: colección acción social

32.    Gavilán, P. (2009). Aprendizaje cooperativo. Papel del conflicto sociocognitivo en el desarrollo intelectual. Consecuencias pedagógicas. Revista Española de Pedagogía. 67(242) pp. 131-148

33.    Gillies, R. M. (2016). Cooperative Learning: Review of Research and Practice. Australian journal of Teacher Educación, 41(3).

35.    Guzmán Meza, M. y Sequeda Pérez, J. (2019). Aprendizaje cooperativo como estrategia para mejorar los niveles de comprensión lectora en estudiantes de quinto grado de básica primaria. (Tesis de maestría). Colombia: Universidad de la Costa

36.    Hammond,    A.    (2009).    Learning    to    learn    Cooperatively.    Forum,    47(4),    18-28.    En: https://files.eric.ed.gov/fulltext/EJ923462.pdf [ Links ]

38.    Herrero Reder, I., García Berdonés, C., González Parada, E., Molina-Tanco, L., Pérez Rodríguez, E. y Urdiales García, c. (2013). Aprendizaje cooperativo en el ámbito de la Ingeniería: una experiencia de iniciación al Trabajo en Grupo. Revista de Docencia Universitaria. 11 (especial) pp. 221-251

39.    Johnson, D., Johnson, R. y Holubec, E. (1999). El aprendizaje cooperativo en el aula. Buenos Aires, Paidos

40.    Juárez-Pulido, M., Rasskin-Gutman, I. y Mendo-Lázaro, S. (2019). El Aprendizaje Cooperativo, una metodología activa para la educación del siglo XXI: una revisión bibliográfica. Revista Prisma social. 26(3). Pp. 200-210

41.    Kyndt, E., Raes, E., Lismont, B., Timmers, F., Cascallar, E. y Dochy, F. (2013). A meta-analysis of the effects of face-to-face cooperative learning. Do recent studies falsify or verify earlier findings? Educational Research Review, 10, pp. 133-149.

42.    Lázaro, N. (2018). Efectos del método de aprendizaje cooperativo en la formación académica en los alumnos del V ciclo de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos – Lima, 2017. (Tesis de maestría). Lima- Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle”

43.    Loor-Salmon, L., Palma-Villavicencio, M., Saltos-Rodríguez, L., Bolívar-Chávez, O. (2018). El aprendizaje cooperativo como una estrategia de enseñanza del Idioma de Ingles en las Escuelas públicas del Ecuador. Ciencias de la Educación. 4(3) pp. 431-448

44.    Martínez, R y Sánchez, G. (2020). El aprendizaje cooperativo en la clase de educación física: dificultades iniciales y propuestas para su desarrollo. Revista Educación. 44(1). Pp. 2215-2644

47.    Pujolás Maset, P. (2015). Ideas clave. El aprendizaje cooperativo. (V. 9). Barcelona: Graó.

48.    Rivera, A. (2014). Del aprendizaje cooperativo a la pedagogía crítica. Una experiencia formativa en México. EmasF, Revista digital de Educación física. 5(29). pp. 57‐68. En http://emasf.webcindario.com/Del_aprendizaje_Cooperativo_a_la_Pedagog%C3%ADa_Cri tica.pdf

52.    Rodríguez García, N., Lara Díaz, L. M., y Galindo Enríquez, G. (2017). La gestión energética local: elemento del desarrollo sostenible en Cuba. Universidad y Sociedad, 9(2), 68-75. En http://rus.ucf.edu.cu/index.php/rus

53.    Romero-Centeno, R. C. (2017). Efectos del programa de estrategias de aprendizaje cooperativo en el desarrollo de los estilos de aprendizaje reflexivo-crítico y creativo en los estudiantes del I ciclo de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de Ingeniería. (Tesis doctoral) Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle-Lima

54.    Rondón, E., Salas, M., González, V., Martínez, P. y González, A. (2017). El aprendizaje cooperativo en la enseñanza de la matemática. Impacto científico. 12(2). Pp. 189-201

55.    Rué, J. (1998). El aula: un espacio para la cooperación. En C., Mir (coord.). Cooperar en la escuela, la responsabilidad de educar para la democracia (pp. 17‐29). Barcelona: Graó.

58.    Sáenz, M., Jiménez, D. y Ruiz, E. (2018). Aprendizaje Cooperativo: Rol de los ambientes de convivencia y comunicación. Horizontes Pedagógicos. 20(2). pp 1-8

59.    Sagredo, A. y Verdía, E. (2006). El aprendizaje cooperativo: diseño de una unidad didáctica y observaciones sobre su aplicación práctica en un grupo de estudiantes griegos. Atenas: Universidad Antonio de Nebrija

60.    Sánchez,  A.  M.  (2019).  Estructuras  de  Aprendizaje  Cooperativo.  Campus  educación.  En: https://www.campuseducacion.com/blog/revista-digital-docente/estructuras-de- aprendizaje-cooperativo/

61.    Silva, J. y Maturana, D. (2017). Una propuesta de modelo para introducir metodologías activas en educación superior. Innovación educativa (México, DF). 17(73) pp. 117-1331

62.    Soria-Barreto, K. y Cleveland-Slimming, M. (2020). Percepción de los estudiantes de primer año de ingeniería comercial sobre las competencias de pensamiento crítico y trabajo en equipo. Formación Universitaria 13(1). Pp. 103-114. En: http://dx.doi.org/10.4067/S0718-50062020000100103

63.    Torrego, J. C. y Negro, A. (Coords.) (2012). Aprendizaje cooperativo en las aulas. Fundamentos y recursos para su implantación. Madrid: Alianza Editorial.

64.    Torrego,  J.C  (coord.)  Alumnos  con  altas  capacidades  y  aprendizaje  cooperativo.  Fundación Pryconsa, Ed. SM. 2012

66.    Torres-Cajas, M y Yépez-Oviedo, D. (2018). Aprendizaje cooperativo y TIC y su impacto en la adquisición del idioma inglés. Revista mexicana de investigación educativa. 23 (78) pp: 861-882

67.    Unesco. (1998). La educación superior en el siglo XXI: Visión y Acción. Conferencia Mundial sobre la Educación Superior